Hoy te recomiendo...

Por vuestras cartas de amor

"No te dejaré, ni te desampararé" (Jos. 1:5) Por vuestras cartas de amor siempre encuentro consuelo cuando me rodea el te...

Mostrando entradas con la etiqueta Ophelia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ophelia. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de febrero de 2018

Oh, Dorian


You said you loved me
and seemed a decent man,
promised we'd marry,
but you locked me out
while you feasted with the devil
selling your soul to the games.
You wanted nothing but a whore
at your beck and call.

I tried to convince myself
that I loved your face
but your picture in my attic
looked like someone else.
His eyes could commit murder
just to get his own way,
his crooked grin
showed he knew no remorse.

Oh, Dorian,
you played with my heart.
Now I know who you are.
I drown like an Ophelia.

You came back calling,
but never confessed to your sins.
I slammed the door in your face,
and for some reason it hurt.
Your arrogance cried
"I know you still love me"
but your picture in my attic
was drilling my brain.

I ran upstairs
and stared the truth in the face,
couldn't help but feel repulsed
by your tainted flesh.
It became all too clear,
I tore the canvas in rage
and set fire to the house
but I can't shake off your lies.

Oh, Dorian,
you played with my heart.
Now I know who you are.
I drown like an Ophelia.

domingo, 18 de febrero de 2018

Dip down

Imagen de ewaaliatrop.deviantart.com

Ya no hago pie,
no sé desde cuándo.

Puse un muro frente a mi rostro,
tratando de detener las aguas:
No acercarme demasiado,
no esforzarme si es inútil,
no pedirte nunca que me dejes entrar.
Cuidarte sin cuidarme tú,
escucharte sin contarte nada,
ser tu amiga en una sola dirección.

No dejar entrar las aguas,
no sentir
por encima del nivel de mi cabeza.

Pesé por gramos
cada dosis de sinceridad,
escogiendo las palabras,
evitando siempre el yo.
No decirte lo que siento,
darte ánimo y consejos
sin revelar cuánto me importas.

No dejar entrar las aguas.
¿Para que tú no te cuelgues de mí?
No.
Para que no se desborden
mis sentimientos por ti.

No hago pie, y no sé desde cuándo.

No sé qué hueco hay en mi muro
o si no funcionan las compuertas.
Cada vez que abro un poco,
se inunda,
cada palabra que digo me arrastra.
Desde mucho antes de lo que piensas,
(confieso, y no sé si me creerás ahora)
te doy la mano y tiemblo,
me angustio por ti y me derrumbo,
te quiero bien y lloro
por la ardiente densidad de este anhelo.

No hago pie,
y es demasiado profundo.
No te imaginas
que casi todo lo que te muestro
son sólo gotas de la superficie.
Mis verdaderos sentimientos
me sumergen,
me ahogan,
me desbordan.
Buceo y hallo
que nunca había amado tan profundo.

lunes, 18 de julio de 2016

Sobre alfileres


 
En este momento en que quisiera abrazarte,
siento que camino sobre alfileres.
En este momento en que quiero huir
y gritarte: ¡no me toques!,
mientras hundes en mí tu mirada,
como esperando algo
que prefiero no saber.

Ahora llegan hasta el cuello las aguas.

Podría quedarme aquí
luchando por respirar, ampollando
las plantas de mis pies mojados
sobre esta roca que se inclina hacia el mar,
si mi silencio no fuera
espinos que arañan tu piel.

Este terrible momento
en que me peino como cualquier mañana de lunes
y me visto para que sepas que me importas,
en que procuro no sonreír mucho al verte.
Este momento de cubrir la verdad y pintar la mentira,
esperando que no veas temor en mis labios,
cuando aborrezco cada palabra tuya,
como un trueno estallando entre mis sienes.

Es el tiempo en que yo soy el monstruo
y los dos somos víctima.

Esta escena en que espero ansiosa
que me escribas cartas de amor
para devolvértelas cerradas
y partirte el corazón,
sin dejar que me preguntes
ni preguntármelo yo.
Este horrendo tiempo
en que los sentimientos no importan
porque no existe camino
que no lleve a la destrucción.

Es ese maldito guión
en que yo siempre pierdo.

Tú llamarás a la puerta dos veces,
y te volverás cuando no halles respuesta.
Yo me quedo aquí, esperando la tercera,
rogando que aún quieras insistir por mí,
aunque sé que, sin mirarte a la cara,
te diré que te vayas.

Entonces quitarás las agujas
que se clavaron en tu pecho,
pero no sanarán mis ampollas
aunque mi cuerpo flote en alta mar.
Ahora llegan hasta el cuello las aguas.


La imagen es "Ophelia", de John William Waterhouse, 1894. Dominio Público.