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Por vuestras cartas de amor

"No te dejaré, ni te desampararé" (Jos. 1:5) Por vuestras cartas de amor siempre encuentro consuelo cuando me rodea el te...

miércoles, 31 de agosto de 2016

No es el recuerdo de un día de lluvia

Acerca del libro "Lluvia en la memoria" 


Con motivo de la publicación de Lluvia en la memoria en formato e-book, quería hablar un poco sobre el libro en sí y su significado.

Supongo que es normal, cuando uno da a luz su primer blog o página web, buscarse a sí mismo en Google para ver si ya aparece en la primera página de resultados de búsqueda. ¿O espero demasiado?

Ha sido curioso descubrir la frecuencia con que lluvia y memoria van de la mano. Existen al menos dos libros y un cortometraje titulados "La memoria de la lluvia", una publicación de "memoria" histórica llamada "Lágrimas en la lluvia", algunos otros escritos y entradas de blogs en torno a estas palabras e, incluso, un poema de otro autor titulado, también, "Lluvia en la memoria".

Y mirando aquí y allá de qué tratan algunas de estas cosas, sentí cierta necesidad de aclarar a todos el sentido del título de mi libro, del poema y de este blog. Y esto a pesar de que en estos últimos años he renunciado al uso de toda expresión y metáfora difícil de entender, y habría supuesto que los lectores llegarían a entender, de forma más o menos intuitiva, qué es la "lluvia en la memoria".

No es el recuerdo de un día de lluvia.

Y los poseedores del libro probablemente hayan notado qué poco se menciona en él la lluvia, y cuánto más el sol del verano.

El significado del título se intuye al final del poema "Lluvia en la memoria":

"Aunque vengan los días de mi vejez
en que no sé lo que he cenado ayer..."

Así como la lluvia limpia todo lo que toca, la lluvia en la memoria borra los recuerdos. Así como el paisaje se ve difuso cuando llueve fuerte, pierden su color los recuerdos antiguos al llegar la vejez.

Y este es uno de los temas más presentes en todo el libro, y especialmente en la última parte (desde Lluvia en la memoria hasta A donde volver): la vejez, el olvido y la nostalgia. Por eso también, en Los días malos dice:

"Se oscurecerá el recuerdo de las guerras ganadas".

Así que, aunque haya muchos recuerdos de lluvia en la memoria de tantos poetas, aquí no hablamos de tal cosa, sino de la lluvia nublando la memoria.

jueves, 25 de agosto de 2016

Acerca de: Te añoro (Hebaragi)


Se trata de un girasol.

El título completo del poema publicado en la anterior entrada es Te añoro (Hebaragi)."Hebaragi" es girasol en coreano, y se traduce literalmente como "añora-sol". Evidentemente, no puse el subtítulo en la publicación original porque suponía que mis lectores seríais lo suficientemente avispados como para buscar esta palabra en Google *risas*.

La idea surgió de una conversación con unos amigos coreanos en que les pregunté cómo se dice girasol. En los idiomas que conozco, suele ser "gira-sol" o "flor del sol". Incluso en japonés, "himawari" es literalmente "gira-sol". Por eso les pregunté por el significado literal de "hebaragi" y me pareció realmente hermoso, y un buen tema para un poema.

La relación entre un girasol y el sol es también una sombra de la relación entre una persona y Dios. Así como el girasol siempre mira y sigue al sol y el aspecto de la flor en sí se parece al sol, si nosotros siempre miramos a Cristo, acabaremos pareciéndonos a él. Había oído esta explicación con anterioridad, por eso al aprender el significado de "hebaragi" me conmovió mucho y pensé que ese es el corazón que debemos tener hacia Dios, el corazón de amarle y anhelarle.

Prometí dedicar un poema a los lectores que adivinaran quiénes eran los sujetos de Te añoro. Realmente nadie dio con la respuesta exacta, pero estuvistéis muy cerca. Hilario Esteban López supuso que se trataba de la luna y el sol. No es la luna (en algunos aspectos lo puede parecer pero, si te fijas, hay versos que indican que se trata de un ser vivo), pero es cierto que el amado es el sol. Y Miriam Jaramillo dijo que se trataba de mi amor por Dios. Aunque literalmente es un girasol y el sol, sí es una metáfora de una persona y Dios.
Así que, para no dejar el premio vacío, voy a dedicar un poema a cada uno de vosotros dos. Por favor, comentad en esta entrada proponiéndome el tema que queráis.
Cuanto menos específicos seáis, más probabilidades hay de que haga lo que me plazca, así que pensad bien si queréis una sorpresa o si realmente queréis un poema sobre cierto asunto. Sólo os pido que no solicitéis críticas a personajes o asuntos políticos muy concretos, porque puedo no estar familiarizada con ellos, además de que me interesan los problemas sociales pero no la política como tal, ni me pidáis nada erótico porque, sin ofender a sus autores, miro con cierto menosprecio los poemas de amor con tintes eróticos tipo "me encanta tocarte/que me toques" o "adoro todas las partes de tu cuerpo". Y en general, sed sensatos respecto a temas con los que puedo no estar familiarizada y de los cuales se requiera un conocimiento profundo para dedicarles un poema.

Muchas gracias a todos por leer, comentar y participar.

¡Besos de libélula!

Iria

domingo, 21 de agosto de 2016

Te añoro (Hebaragi)

No puedo ocultar
que mi rostro resplandece al verte.
No puedo disimular
que mi corazón palpita.
En mi sonrisa como de niña
está contenido mi ardiente anhelo hacia ti.

Tú, en tu hermosura excelsa,
me miras con ternura y candor.
Nunca te puedo tener,
ni soy alguien que te pueda merecer,
pero quiero creer que también me amas
pues cada día extiendes hacia mí tus manos.

En cada momento te busco,
te añoro,
te sigue mi mirada totalmente cautivada.
Te espero en la tristeza de la noche,
en angustia, hasta que clarea el cielo por el este,
cuando refresca la brisa.
Verás lágrimas en mis mejillas
mas mis ojos de nuevo centellean
al encontrarse con el brillo de los tuyos.

Quizá hasta mi último aliento,
hasta que se derrame en tierra mi vida,
no se consume este mi deseo de abrazarte.
Pero si no dejo de mirarte,
me regocijará el solo saber
que mi corazón, mi alma, hasta mi faz
se han hecho reflejo de ti
para mostrar al mundo que te amo.



Éste no es un poema de amor corriente. ¿Adivináis quién es la enamorada y quién el amado? Comentad y, si acertáis, os regalaré versos.

Aquí tenéis la respuesta.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Sobre los tejados de la ciudad



Ya han llegado las golondrinas.
Vuelven todos los años,
pero no vuelve con ellas el verano
sobre los tejados de la ciudad.

Han vuelto las golondrinas en el cielo
con sus levitas,
pero ya no están los caballeros
vestidos de negro,
con sus miradas tristes diciendo:
"Este mundo no es el nuestro".

Se acabó el tiempo de ganar
y los días de derrochar sentimientos.
Ya no caben en mi corazón
más recuerdos de bellos momentos.


"Sobre los tejados de la ciudad" es una novedad añadida a la serie "Lluvia en la memoria" que no figuraba en la primera edición del libro. La versión completa aparecerá en "Antes que caiga el telón"

domingo, 14 de agosto de 2016

Cuando caemos

Ahora oigo tu voz en mi cuello,
las palabras que hirieron mis oídos.
Ahora entiendo.

Todo tu odio
derramado en mi boca como cicuta,
tragado silenciosamente
para dar una respuesta suave.

Tu perspectiva y la mía,
tan diferentes.
Mi persistente rebeldía,
todas mis nobles pasiones
que no puedes ver.

Con absoluta ternura
encajo todos los insultos
que bien crees que merezco
y respondo
que no puedo aceptar tu petición.

Ahora todo me sabe a amor.

Como los espinos de un erizo madre
clavados a la menor amenaza
son de puro amor.

Oigo mi voz, y oigo la tuya,
como el tintineo de una moneda
despierta al que dormitaba.

Y tengo este vivo deseo
de encontrarte donde quiera el sino,
de pedirte perdón, rostro a tierra,
de decirte: Ahora entiendo.



Ésta es una versión abreviada del poema "Cuando caemos" que figurará en el libro en el que estoy trabajando actualmente: "Antes que caiga el telón".

viernes, 12 de agosto de 2016

Por vuestras cartas de amor

"No te dejaré, ni te desampararé" (Jos. 1:5)

Por vuestras cartas de amor
siempre encuentro consuelo
cuando me rodea el temor,
sabiendo que estáis a mi lado
y por buen sendero me guiáis.

En vuestras cartas de amor
siempre hallo la respuesta.

Cuando no sé qué camino tomar,
o la adversidad oculta la esperanza,
cuando no alcanzo a dar un paso más
temiendo que no lo pueda lograr,
vuestras palabras son más dulces que la miel,
como un arrullo que sana el alma,
y siempre iluminan el mundo
llenando de valor el corazón.

¡Oh, que yo también pueda
expedir cartas de amor
a los que tiemblan de miedo y se angustian
en el mundo de dolor!